martes, 3 de diciembre de 2013

Experimentos Varios

Alrededor del 5to mes, empecé a pensar que había que ponerle un poco más de onda al tema de la búsqueda. Ahora sí oficialmente había que hacer los deberes bien. Luego de mi desajuste hormonal, que ni el endocrinólogo me había logrado explicar, mi nueva hada madrina/ginecóloga me dio una solución mágica. Así fue como conocí a mi fiel amigo el Clomifeno, o para los que no saben, unos "caramelitos" que me ayudarían a ovular. Según ella yo sufría de "ovarios perezosos" (Que tengo QUEEEE?) y estas pastillas me ayudarían. Para esta época mi marido se hizo el primer espermograma, que resultó darnos la sorpresa que sus pescaditos también estaban vagos. Buenísimo, oficialmente, éramos dos panchos!

Manos a la obra y comenzamos con los caramelos, el calendario y los famosos test de ovulación. Hago un paréntesis acá y me dirijo a todas las compañías de tests de algún tipo: Las rayitas NUNCA se ven ven bien! Es divertidisimo mirar a trasluz y hacer una encuesta por el barrio a ver quién ve las rayitas del positivo y quienes no. Y por qué carajo para conseguir un test de ovulación tengo que vender mis órganos más o menos? Es más fácil conseguir marijuana que esos palitos de porquería en este país! 

En fin además de googlear todo sobre cómo leer un fucking test, tuve la idea de googlear el Clomifeno, ya que los supuestos efectos adversos ya habían comenzado a hacerse presente: dolores de cabeza, hinchazón constante, náuseas y fastidio permanente. En varios foros sobre infertilidad, noté que todas las mujeres que lo tomaban decían tener controles ecográficos periódicos ya que había riesgos de embarazos múltiples. Irónicamente, no era mi caso y yo los tomaba como si fueran aspirinetas. Teniendo en cuenta eso y los malestares, decidí conjuntamente con mi marido dejar de tomarlos. Menos mal que el Doctor G. me había ayudado para algo. Más tarde un médico me contaría la historia de una pareja que tomó eso a los tres meses de no lograr concebir y quedaron embarazados de trillizos, que luego de nacer muy prematuramente fallecieron todos.

Conclusión del episodio: Deje de confiar en mi ginecóloga de siempre, me empecé a dar más máquina y aprendí que en este camino, las soluciones mágicas no existirían.

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